Quisiera sentir tu piel
y tu sonrisa enamorando mi mirada;
que mi mundo, pequeño e íntimo,
se te fuera haciendo indispensable
y que mis palabras llegaran a tus oídos
con la fuerza con las que mi corazón
las pronuncia en sonoros susurros,
como una sentida y profunda oración.
Te imagino paseando conmigo
justo por el borde de La Luna Llena,
viendo nuestras sombras
reflejadas sobre La Tierra,
este planeta que cada vez
me es más ajeno
pero en el que habitan personas
que me son imprescindibles.
Caminando juntos,
sincronizados nuestros pasos,
satisfechos de dicha,
de amor, de compañía.
Sentada en mis rodillas,
enredando mis dedos en tu pelo
y tus tristezas, grandes o pequeñas,
batiéndose en retirada.
Me imagino comulgando cada mañana
con el pan de tus labios,
saciando en ti mi hambre y mi sed.
Sintiendo tu cabeza apoyada en mi hombro
y tu respiración sosegada de confianza.
Me imagino mi alma
como un escudo que absorbiera
todos los golpes que la vida te depare,
que bajo su protección nada aconteciera,
nada que la pena domine,
nada que perturbe tu sonrisa.
y tu sonrisa enamorando mi mirada;
que mi mundo, pequeño e íntimo,
se te fuera haciendo indispensable
y que mis palabras llegaran a tus oídos
con la fuerza con las que mi corazón
las pronuncia en sonoros susurros,
como una sentida y profunda oración.
Te imagino paseando conmigo
justo por el borde de La Luna Llena,
viendo nuestras sombras
reflejadas sobre La Tierra,
este planeta que cada vez
me es más ajeno
pero en el que habitan personas
que me son imprescindibles.
Caminando juntos,
sincronizados nuestros pasos,
satisfechos de dicha,
de amor, de compañía.
Sentada en mis rodillas,
enredando mis dedos en tu pelo
y tus tristezas, grandes o pequeñas,
batiéndose en retirada.
Me imagino comulgando cada mañana
con el pan de tus labios,
saciando en ti mi hambre y mi sed.
Sintiendo tu cabeza apoyada en mi hombro
y tu respiración sosegada de confianza.
Me imagino mi alma
como un escudo que absorbiera
todos los golpes que la vida te depare,
que bajo su protección nada aconteciera,
nada que la pena domine,
nada que perturbe tu sonrisa.
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