Enciende la hoguera de mi cuerpo
Con el tizón de tu brillante mirada,
Pon al rojo vivo mi piel y mi carne,
con el candor de tus dulces labios.
Envuélveme en el abrazante incendio
De tus caricias y tus besos…
Ardamos de pasión y de deseo…
Iluminemos los cuerpos con destellos.
Vivamos el placer por un instante,
Quememos las ansias en este encuentro,
Arderán las sabanas y los sueños,
Cuando sea uno solo nuestros cuerpos…
Y si la aurora llegara en un momento,
Queriendo robarle a la noche la pasión,
Cerraremos las cortinas y las puertas
Y silenciando al día, volveremos hacer el amor.
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