jueves, 19 de abril de 2012

EN MIS BRAZOS


No es nada de tu cuerpo,

ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre,

ni ese lugar secreto que los dos conocemos,

fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro.

No es tu boca -tu boca

que es igual que tu sexo-,

ni la reunión exacta de tus pechos,

ni tu espalda dulcísima y suave,

ni tu ombligo, en que bebo.

No son tus muslos duros como el día,

ni tus rodillas de marfil al fuego,

ni tus pies diminutos y suaves,

ni tu olor, ni tu pelo.

No es tu mirada,

ni el álbum de tu oído, ni tus voces,

ni las ojeras que te deja el sueño.

Ni es tu lengua dulce como la miel,

ni la humedad caliente de tu cuerpo

que sostiene tu beso.

No es nada de tu cuerpo,

ni una brizna, ni un pétalo,

ni una gota, ni un gramo, ni un momento:

Es sólo este lugar donde estuviste,

En estos mis brazos tercos junto a mi pecho…

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